Los años 20 espirituales: símbolos ocultos en el arte visual

Una década entre la racionalidad y el misterio

La década de 1920 se recuerda a menudo por el jazz, las flappers y el auge de la arquitectura modernista, pero otra poderosa corriente moldeó su cultura visual: la fascinación por lo oculto. En una década marcada tanto por el optimismo científico como por la desilusión de la posguerra, la gente recurrió a prácticas espirituales —tarot, astrología, sesiones espiritistas y símbolos místicos— como una forma de comprender la incertidumbre. Artistas, diseñadores y cartelistas de la época entretejieron estos elementos en un lenguaje visual distintivo que fusionaba el glamour con el esoterismo.

Impresión de arte mural surrealista que presenta tres rostros femeninos envueltos en un sudario rojo intenso con motivos florales rosas sobre un fondo negro.

Las cartas del tarot como inspiración visual

La imaginería del Tarot, con sus figuras arquetípicas y su simbolismo dramático, cautivó tanto a artistas como al público durante la década de 1920. El Loco, el Mago y la Suma Sacerdotisa se convirtieron en algo más que herramientas de adivinación; eran motivos estilizados en carteles, ilustraciones de libros e incluso en la moda. La fascinación por estas figuras reflejaba el anhelo colectivo de guía y transformación tras la convulsa Primera Guerra Mundial. Sus líneas audaces y expresiones enigmáticas se prestaban con naturalidad al diseño gráfico y al grabado, creando obras que equilibraban el misterio con la modernidad.

La astrología y la era del autodescubrimiento

La década de 1920 también presenció un resurgimiento de la astrología, especialmente en Europa y América. Los periódicos comenzaron a publicar horóscopos, integrando los signos del zodíaco en la cultura cotidiana. Las artes visuales siguieron su ejemplo, con carteles, calendarios e ilustraciones de revistas repletas de constelaciones zodiacales y mapas celestes. Estas imágenes cósmicas atrajeron a una sociedad que buscaba patrones y significados más allá de la explicación racional. La fusión de la geometría precisa de la astronomía con el aura mística de la astrología dio origen a algunos de los símbolos visuales más reconocibles de la década: rayos de sol, crecientes y cielos estrellados.

Carteles místicos y excesos teatrales

Los símbolos ocultos no solo aparecían en rituales privados, sino que se popularizaron a través del teatro, el cine y la publicidad. Carteles de espectáculos de magia, películas de terror y exóticos espectáculos de cabaret utilizaban imágenes esotéricas para atraer al público. Una mujer con túnicas ondulantes sosteniendo una bola de cristal, o una figura sombría rodeada de runas, prometían al instante espectáculo y peligro. Esta mezcla de misterio y espectáculo reflejaba el espíritu de la década de 1920: el deseo de escapar de la vida cotidiana a través del entretenimiento y la espiritualidad.

Ocultismo y movimientos artísticos

El surrealismo, que comenzó a florecer a finales de la década, encontró terreno fértil en la imaginería ocultista. André Breton y otros surrealistas se fascinaron por el inconsciente, los sueños y el simbolismo, inspirándose en gran medida en las tradiciones esotéricas. La alquimia, la astrología y los diagramas cabalísticos impregnaron las obras surrealistas, sentando las bases para décadas de experimentación visual mística. Incluso en el art déco, a menudo considerado una celebración del orden y la geometría, los diseñadores tomaron prestados motivos egipcios y astrológicos, transformándolos en elegantes patrones decorativos.

Fascinante presentación de arte de pared impreso por un artista independiente, que ofrece una adición cautivadora a cualquier espacio con su calidad de ensueño, perfecta para la decoración de su hogar.

Resonancia contemporánea: de motivos paganos a estampas modernas

El lenguaje visual de los espirituales años 20 aún resuena hoy. Los símbolos ocultos —cartas del tarot, signos del zodíaco, lunas místicas— siguen inspirando a artistas y diseñadores contemporáneos. Su combinación de misterio y universalidad los hace atemporales. En mi práctica artística, a menudo me hago eco de esta tradición: motivos de inspiración pagana, flores simbólicas e híbridos surrealistas transmiten el mismo sentido de significado oculto. Al igual que los artistas de la década de 1920 incorporaban arquetipos y símbolos en sus carteles, yo creo impresiones de arte mural que invitan al espectador a buscar historias bajo la superficie.

¿Por qué lo oculto todavía atrae?

La perdurable popularidad de los símbolos ocultistas reside en su dualidad. Se perciben antiguos pero adaptables, misteriosos pero reconocibles. Ya sea en una tirada de tarot, una carta astral vintage o una lámina de arte moderno, estos motivos siguen ofreciendo una forma de explorar la identidad, el destino y la transformación. Al igual que en la década de 1920, nuestra propia era de cambios tecnológicos e incertidumbre social nos hace volver a lo simbólico, lo místico y lo invisible.

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