Durante siglos, el corazón ha sido más que un simple órgano: ha sido el símbolo supremo del amor, el deseo y la devoción. Desde los mitos antiguos hasta los carteles contemporáneos, la imagen del corazón transmite historias de pasión y poder. Su recorrido visual a través de la historia del arte muestra cómo una simple forma se convirtió en uno de los símbolos más importantes de la cultura humana, y por qué los motivos del corazón en láminas y carteles artísticos siguen siendo tan cautivadores hoy en día.
Raíces antiguas del símbolo del corazón
Mucho antes de las tarjetas de San Valentín y la decoración romántica, el corazón tenía un peso mítico. En el Antiguo Egipto, se creía que el corazón ( ib ) era la sede del alma, pesado por los dioses para determinar el destino en el más allá. En la filosofía griega, Aristóteles situaba las emociones en el corazón, no en el cerebro.
Visualmente, sin embargo, la "forma de corazón" tal como la conocemos hoy no apareció hasta más tarde. Algunos historiadores la remontan a representaciones del silfio , una hierba ahora extinta del norte de África utilizada como medicina y anticonceptivo. Su vaina se asemejaba al corazón moderno, fusionando amor y deseo en una sola forma.
Sagrados Corazones Medievales
Durante la Edad Media, el corazón se convirtió en un símbolo cristiano dominante. El Sagrado Corazón de Jesús , rodeado de espinas y llamas, representaba el amor divino y el sacrificio. Artistas como El Greco y pintores barrocos posteriores representaron corazones resplandecientes como símbolo visual de devoción y unión mística.
Esta versión sagrada del corazón era tierna y poderosa a la vez: una fusión de amor, dolor y trascendencia. El motivo se popularizó en vitrales, manuscritos iluminados y arte devocional, moldeando la comprensión visual del amor en la cultura occidental.
El Renacimiento y el Corazón Romántico
Con el Renacimiento llegó una interpretación más humanizada del corazón. Los estudios anatómicos de Leonardo da Vinci dotaron al órgano de precisión científica, pero el corazón simbólico continuó prosperando en la pintura y la poesía. Para los siglos XIV y XV, los manuscritos mostraban a caballeros ofreciendo corazones estilizados a sus amadas, un gesto ritual de romance.

Siglos después, en el arte y la literatura románticos, el corazón adquirió un carácter aún más sentimental. Se vinculaba con la pasión, el anhelo y la idealización de los amantes separados por el destino. Pinturas de parejas enmarcadas con guirnaldas florales, grabados con corazones traspasados y poemas grabados en recuerdos convirtieron el corazón en el símbolo universal de la emoción íntima.
Corazones modernos: del arte pop a la protesta
El siglo XX redefinió el corazón, incorporándolo al mundo de los carteles y los medios de comunicación. El arte pop lo dotó de un toque lúdico: pensemos en la colorida serie de corazones de Jim Dine, donde la audaz repetición convertía el amor en una declaración gráfica. El auge de la cultura de consumo de San Valentín consolidó el corazón como un icono decorativo en tarjetas, carteles y embalajes.
Pero no todos los corazones eran dulces. Los movimientos punk y de protesta de finales del siglo XX reivindicaron el corazón de formas más atrevidas: tatuajes con corazones sangrantes, grafitis que proclamaban amores rotos y reinterpretaciones feministas que mostraban el corazón traspasado, ardiente o empoderado. El corazón se convirtió en un lienzo tanto para la rebelión como para el afecto.
Motivos de corazones en los carteles actuales
Hoy en día, los pósteres de corazones y las láminas de arte mural continúan esta larga tradición. Se destacan por su versatilidad:
Los carteles románticos con paletas suaves evocan intimidad y ternura.
Los corazones llamativos y gráficos en colores neón se remontan a la exageración lúdica del Pop Art.
Corazones surrealistas o simbólicos —hechos de flores, ojos o llamas— se conectan con el arte marginal, el misticismo y los mundos de fantasía.
Estos diseños resuenan porque el corazón nunca perdió su carga emocional. Un estampado floral de corazón puede transmitir esperanza y luz, mientras que una ilustración de corazón oscuro puede evocar deseo, misterio o melancolía.
Por qué el corazón perdura
El corazón perdura como motivo porque es infinitamente adaptable. Puede ser sagrado o profano, dulce o subversivo, romántico o irónico. Es inmediatamente reconocible en todas las culturas, conectando la mitología, la religión, la psicología y la cultura pop .

Al colgar un póster de corazón en nuestras casas, no solo decoramos, sino que recurrimos a siglos de peso simbólico. Alineamos nuestros interiores con la historia visual del amor, el mito y la condición humana.