El corredor como umbral
En la mayoría de los hogares, los pasillos se consideran espacios de transición, meros conectores entre estancias. Rara vez se consideran destinos en sí mismos. Sin embargo, en arquitectura, los pasillos han encarnado desde hace mucho tiempo el papel simbólico de umbrales: lugares entre un estado y otro, donde el acto de atravesarlos cobra significado.

Cuando el arte entra en estos espacios, sobre todo en forma de carteles, el pasillo se convierte en algo más que un pasaje vacío. Se convierte en una zona liminal, un lugar donde la imaginería y la imaginación transforman el caminar en un viaje.
El surrealismo y el portal
El surrealismo siempre se ha sentido fascinado por los umbrales: puertas, espejos, pasillos. Estos motivos reflejan la fascinación de la psique por cruzar de lo conocido a lo desconocido. Los carteles para pasillos que emplean imágenes surrealistas o simbólicas continúan esta tradición, ofreciendo no solo decoración, sino también un pasaje. Un motivo botánico que se transforma en formas oníricas, o un retrato que se difumina en la abstracción, no se limita a colgar, sino que abre un portal.
De este modo, incluso el pasillo más común se carga de resonancia simbólica.
Los carteles como anclas de la imaginación
La elección de los carteles para el pasillo puede moldear la percepción del movimiento. Una secuencia de impresiones simbólicas puede crear ritmo, haciendo eco de los pasos con ritmos visuales. Una sola imagen surrealista de gran tamaño puede transformar el final de un pasillo en un horizonte, un destino para el pensamiento.

A diferencia de las salas de estar o los dormitorios, los pasillos tienen un ritmo constante. Nunca están quietos. Aquí, los carteles no solo adornan, sino que acompañan, guiando al caminante como compañeros en un viaje en miniatura.
Liminalidad en el espacio doméstico
Decir que un pasillo es liminal es reconocer que no está ni aquí ni allá. No pertenece a ninguna habitación, ni a ninguna función fija. Los carteles de los pasillos reflejan esta ambigüedad al sugerir atmósferas intermedias. Rostros simbólicos que observan al pasar, patrones abstractos que brillan en la visión periférica, plantas surrealistas que parecen estar medio vivas: todo nos recuerda que los umbrales tienen su propia energía.
Al tratar el pasillo como una zona imaginativa, los interiores se expanden más allá de la utilidad.
Viajes surrealistas en casa
Los carteles para pasillos pueden entenderse como portales. Nos recuerdan que incluso las zonas más prácticas de una casa pueden estar cargadas de imaginación. Un pasillo se convierte no solo en un camino entre habitaciones, sino en un pasaje a través de estados de ánimo, recuerdos e imágenes simbólicas.

En el lenguaje del surrealismo, los pasillos son escenarios del inconsciente. En el lenguaje de los interiores, son lienzos de transformación. Recorrer un pasillo adornado con carteles simbólicos es adentrarse, aunque sea brevemente, en un viaje mental.
Hacia una poética de los pasillos
Reimaginar pasillos a través de carteles es recuperar espacios olvidados como lugares de asombro. Las imágenes surrealistas y simbólicas transforman el vacío en narrativa y los umbrales en experiencias.
En este sentido, los carteles de pasillo son más que un simple adorno. Son portales: aperturas a la imaginación, invitaciones a ver el movimiento mismo como una forma de arte.